PRIMERAS VÍSPERAS

8 de FEBRERO 

SAN JERÓNIMO EMILIANI 

FUNDADOR DE LA CONGREGACIÓN 

Solemnidad 

I VÍSPERAS 


Inicio

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)

V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.

R/. -Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya


HIMNO 

Cantad con gozo un himno triunfal 
a San Jerónimo, nuestro protector. 
Con ritmos nuevos un canto entonad, 
que inunde el cielo de fiesta en su honor. 

¡Oh Padre Santo! mira desde el cielo 
a estos tus hijos, con ojos de amor: 
para los huérfanos obtén mil gracias 
y para todos, tu protección. 

La misma Virgen, vestida de luz, 
de sus cadenas lo liberó; 
y desde entonces, vencedor del mal, 
fue para el pobre ayuda y protección. 

Y tras su muerte no lo abandonó, 
pues su obra sigue y sigue su favor. 
Cuantos le invocan con fe y devoción 
sienten alivio y dan gloria a Dios. Amén. 



SALMODIA 

Ant. 1. Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis. 

Salmo 112 

Alabad, siervos del Señor, 
alabad el nombre del Señor. 
Bendito sea el nombre del Señor, 
ahora y por siempre: de la salida del sol hasta su ocaso, 
alabado sea el nombre del Señor. 

El Señor se eleva sobre todos los pueblos, 
su gloria sobre los cielos. 
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, 
que se eleva en su trono 
y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? 

Levanta del polvo al desvalido, 
alza de la basura al pobre, 
para sentarlo con los príncipes, 
los príncipes de su pueblo; 
a la estéril le da un puesto en la casa, 
como madre feliz de hijos. 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1. Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis.


Ant. 2. Venid, hijos, escuchadme: os enseñaré el temor del Señor.

Salmo 145

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. 2. Venid, hijos, escuchadme: os enseñaré el temor del Señor.


Ant. 3. Bendito sea Dios, que nos ha elegido para que sea glorificado en nosotros 
el nombre de nuestro Señor Jesucristo.


Cántico Ef. 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante El por el amor.

El nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3. Bendito sea Dios, que nos ha elegido para que sea glorificado en nosotros 
el nombre de nuestro Señor Jesucristo.



LECTURA BREVE 

1Tes 2, 7-8, 10-12

Nos mostramos amables con vosotros como una madre cuida con cariño de sus hijos. De esta manera, amándoos a vosotros, queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios sino incluso nuestro propio ser, porque habíais llegado a sernos muy queridos. Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprochablemente nos comportamos con vosotros, los creyentes. Como un padre a sus hijos, lo sabéis bien, a cada uno de vosotros os exhortábamos y alentábamos, conjurándoos a que vivieseis de una manera digna de Dios, que os ha llamado a su Reino y gloria.



RESPONSORIO BREVE 
Cfr. 1Cor 9,22

R/. Se ha hecho todo a todos * para poder salvar a todos.

Se ha hecho todo a todos para poder salvar a todos.

V/. Y todo lo hizo por el Evangelio. * Para poder salvar a todos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Se ha hecho todo a todos para poder salvar a todos.



Magníficat, ant. En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis. Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar:)

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, 
por los siglos de los siglos. Amén.

Magníficat, ant. En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis. Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo.



PRECES

Elevemos confiadamente nuestra súplica al Padre clementísimo, que se ha glorificado admirablemente en su siervo Jerónimo y digámosle:

Escúchanos, Señor, porque benigna es tu misericordia.

Padre santo, que has constituido a tu Iglesia sin mancha ni arruga alguna,
dígnate guiarla nuevamente hacia la santidad que tuvo en tiempos de los Apóstoles.

Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo,
- enciende en nosotros el fuego de tu amor, a fin de que todos seamos uno en Él.

Padre santo, que obraste maravillas en tu siervo Jerónimo,
- haz que también nosotros, fecundos en obras de bien, sepamos acoger a los más pequeños con la misma ternura que Cristo Jesús.

Padre santo, tú que te compadeces de los pobres,
- libra a los encarcelados, protege a los huérfanos y a las viudas, mira con amor a los desvalidos, para que puedan hallar un lugar digno donde vivir.

Padre santo, que con toda ternura manifiestas a los pobres y pecadores la grandeza de tu bondad,
- acoge a nuestros hermanos difuntos en la felicidad de tu reino.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.


Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.



Oración

Señor, Dios de las misericordias, que hiciste a San Jerónimo Emiliani padre y protector de los huérfanos, concédenos, por su intercesión, la gracia de permanecer siempre fieles al espíritu de adopción que nos hace verdaderamente hijos tuyos. 
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.




Conclusión

Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:


(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)


V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.


Si el que preside es un ministro ordenado, utiliza la siguiente fórmula final:


V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.


V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo † y Espíritu Santo, 
      descienda sobre vosotros.
R/. Amén.



Si se despide a la asamblea se añade:


V/.
Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.




JACULATORIAS

V/. Dulcísimo Jesús,
R/. no seas mi Juez sino mi Salvador.


V/. María, Madre de los Huérfanos.
R/. Ruega por nosotros y por todos los huérfanos del mundo.


V/. San Jerónimo Emiliani.
R/. Ruega por nosotros y por todos los huérfanos del mundo.

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